NAAFI: música, arte y un rave prehispánico de 12 horas en Art Basel
NAAFI: música, arte y un rave prehispánico de 12 horas en Art Basel
NAAFI empezó en 2010 como un grupo de amigos haciendo fiestas de música electrónica en la Ciudad de México. Desde entonces el proyecto se ha convertido en una promotora y disquera que incluye artistas como Fausto Bahía, Lao, Mexican Jihad, Zutzut e Imaabs.
Después de girar por ciudades como Londres, Berlín, Tokio, Cracovia, Los Ángeles y Nueva York este año, el colectivo viajó a Miami en diciembre con el dúo de artistas Sangree para unir la música y el arte plástico en una fiesta de 12 horas de Art Basel patrocinada por la Red Bull Music Academy.
La presentación se llevó a cabo en Coyo Taco, una de las taquerías más famosas de Wynwood (el barrio hipster de Miami) dentro de la cual hay un bar secreto. Mientras la gente comía tacos de cochinita afuera sin aparentemente saber de la fiesta, al cruzar una puerta que decía "Employees Only" te transportabas a un mundo alternativo de cómo sería un rave azteca en el siglo XXI si la historia hubiera sido diferente.
Figuras prehispánicas formadas con luces neón bailaban en las paredes al ritmo de los beats que seis de NAAFI y cuatro artistas invitados pincharon a lo largo de la noche. Sangree, formado por Carlos Lara y René Godínez, es conocido por trabajar temas prehispánicos y de identidad mexicana con una mirada contemporánea.
“[A ellos] Les latió la idea de que la fiesta fuera de 12 horas, como en esta idea de casi ritual de estar aquí aguantando tanto tiempo”, nos contó Alberto Bustamante a.k.a. Mexican Jihad en una terraza del bar minutos antes del show.
“Para esta fiesta jugaron con la idea de Xipe Tótec, que es una deidad prehispánica que se veneraba para rendirle culto a la juventud, a la renovación espiritual y corporal”, dijo el también director creativo del proyecto.
En el ritual azteca de Xipe Tótec los mexicas desollaban y sacrificaban a una persona viva para atraer lluvia para las nuevas cosechas. Luego el sacerdote se ponía la piel del sacrificado como traje y bailaba con él. NAAFI y Sangree incorporaron estos motivos de piel, sangre y los sacrificios prehispánicos a lo largo de la fiesta.
En la tornamesa, Fausto Bahía arrancó el set incorporando casualmente percusiones y sonidos de caracol que recordaban a la música prehispánica que muchos mexicanos sólo escuchan afuera del Museo Nacional de Antropología la Ciudad de México.
En medio de la pista de baile, tres vitrinas mostraban fundas de iPhone creadas por Saangre que hacían alusión a imágenes aztecas en materiales como concha nácar.
Los detalles del concepto de la fiesta llegaban hasta las servilletas, el molcajete en donde se ofrecía guacamole y el papel de las charolas en las que ofrecían bocadillos mexicanos. En los baños, una charola con tatuajes temporales de NAAFI y esponjitas para colocarlos invitaba a los asistentes a hacerse parte de la noche. Además, el staff usaba disfraces de hombres sin piel y máscaras descarnadas.
NAAFI se ha relacionado con el mundo del arte contemporáneo desde sus inicios, cuando varios artistas y galeristas mexicanos comenzaron a asistir regularmente a sus fiestas. Como colectivo, NAAFI ha trabajado en la estética del proyecto en varias colaboraciones con diseñadores de moda, gráficos y artistas plásticos para hacer camisetas, flyers y prácticamente cualquier tipo de objeto. En 2015, NAAFI también tuvo una residencia de seis meses en el Museo Jumex de la Ciudad de México y Mexican Jihad, Fausto Bahía y Lao tocaron en una fiesta de inauguración de Art Basel, en Miami.
“Hemos establecido una relación tanto con galerías como con instituciones culturales con la idea de buscar otro tipo de formatos de música que no necesariamente sea a través de la fiesta”, dijo Albert Bustamante a.k.a. Mexican Jihad. “Nos interesa explorar otro tipo de espacios y colaboraciones”.
NAAFI se diferencia de la música electrónica latina hecha en Estados Unidos, pues el acercamiento cultural y el entendimiento de identidad es diferente. “En México todos somos mexicanos y acá [en Estados Unidos] tú puedes ser mexicano dentro de una comunidad latina”, explicó Tomás Davó, conocido en la tornamesa como Fausto Bahía y uno de los fundadores del colectivo.
“Siento que latinos en Estados Unidos anteponen un tema de nostalgia y nosotros más bien trabajamos con el presente”, dijo Lao a Uforia Music. “No es romántico, es más como un filtro de lo de hoy en día a través de mis oídos”.
NAAFI cerrará 2016 con Club de Playa, un evento de Año Nuevo de tres días en Puerto Escondido, un playa en la costa del Pacífico mexicano. Para 2017, NAAFI planea agregar al menos cuatro artistas nuevos a su roster, girar de nuevo por Asia, participar en uno de los festivales de música electrónica más grandes de México y lanzar su propia salsa de habanero para mariscos.
Al final, lo único que buscan los del colectivo es hacer lo que les gusta y expandir un mensaje. En palabras de Tomás Davó: “Hacemos lo que queremos hacer sin pensar en las presiones sociales por seguir un patrón y por eso hemos creado esos espacios de libertad donde todo mundo se siente a gusto y puede ser quien es”.
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