Eva no fue la mujer que dio origen a todas las demás personas, la ciencia tiene una respuesta
¿Todos los humanos provenimos de un ancestro en común que habitó el planeta hace miles de años? Una teoría genética podría indicar que es cierto gracias a los registros de ADN.
En 2016, un grupo de investigadores genéticos publicó un estudio en el que decían que encontraron a la Eva de las ballenas; es decir, al espécimen hembra que dio origen al resto de cachalotes hasta la actualidad.
El nombre hace referencia al personaje bíblico de Eva para ilustrar que los seres vivos actuales tienen un ancestro femenino en común.
En la biología se conoce como Eva mitocondrial porque los científicos utilizan el término para referirse al antepasado genético más antiguo en común de una especie.
La Eva mitocondrial se refiere al ADN mitocondrial, que es el código genético que se transmite exclusivamente de mujer a mujer. De esta manera, con la información pertinente, se pueden rastrear los antepasados de las especies.
En el caso de la ballena, los investigadores examinaron 1,600 cachalotes en todo el mundo y determinaron que su ancestro femenino en común tuvo origen entre 10 mil y 80 mil años atrás; sin embargo, el registro fósil de los cachalotes se remonta a hace millones de años.
La especie humana también tiene un ancestro en común que, según las investigaciones, fue una mujer africana que vivió hace 100 mil o 200 mil años, aunque el periodo se ha puesto en debate.
El hecho de que el ADN mitocondrial sea metafóricamente comparado con Eva bíblica ha generado problemas de comprensión respecto al término.
Encontrar una Eva mitocondrial no significa que se encontró a la primera hembra de una especie, sino que se llegó al registro ascendente genético más antiguo que se pudo rastrear.
El concepto refiera a la punta de una pirámide o un árbol genealógico que tiene muchos seres vivos debajo de ella; sin embargo, no quiere decir que sea la primera o la única hembra de la especie.
Una Eva mitocondrial puede tener ancestros de los cuales se perdió registro; también pudo tener contemporáneos que no heredaron su ADN porque no tuvieron hijos o porque no transmitieron la genética mitocondrial.
Dado que solo las mujeres pueden transmitir el ADN mitocondrial; si una hembra tuvo descendientes machos, entonces se cortó la cadena de transmisión y hay que recurrir a otro espécimen.
Pero eso no quiere decir que no hayan existido otros seres al mismo tiempo que el ancestro más antiguo, pues solo se trata de un registro al cual se tuvo .
En el caso de los cachalotes, las hembras suelen ser sedentarias, por lo que resulta poco probable que la ballena Eva haya nadado por todo el mundo repartiendo su ADN.
El resultado de su descendencia genética se debe a que tuvo un alto éxito reproductivo y sus hijas, nietas, bisnietas y el resto de herederas expandieron el ADN mitocondrial por el mar.
No todas las ballenas ni todos los humanos, o cualquier especie de la que se pueda rastrear una Eva mitocondrial, comparten el 100% de ADN mitocondrial, pues los genes pasan por un proceso de mutación resultado de la evolución.
Sin embargo, en términos biológicos, todas las secuencias de ADN tienen un ancestro en común, aunque en la actualidad sean diferentes.
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