Por qué los autocines son mejores que los cines normales y deberían volver a estar de moda
Si nunca has visto una película en un autocine, te recomiendo que lo hagas en cuanto tengas la oportunidad. Si ya has estado en uno, entonces entenderás perfectamente de qué se trata este artículo.
Si no hay uno en tu ciudad y tienes que viajar a una ciudad cercana, te lo recomiendo igual porque es una experiencia única. Ir al cine es divertido, pero ir a un autocine es una experiencia muy diferente.
Vas a interactuar con un montón de elementos que no vas a ver en un cine regular. Para empezar, la mayoría de los autocines mantienen el ambiente de los años 50 cuando estaban de moda. Los carteles de luces de neón, los anuncios pintados con brocha, y los autos antiguos te transportarán en el tiempo varias décadas hacia el pasado.
Aquí no estarás encerrado en un edificio. Verás la película bajo el cielo con las estrellas como lámparas. Los otros espectadores estarán también en sus autos por lo que se siente mucha libertad, pero mucha privacidad a la misma vez. De hecho te evitas las patadas en el respaldo de tu asiento, las conversaciones durante la película, y otros inconvenientes típicos del cine.
Dentro de tu carro puedes acomodarte mejor. Puedes reclinarte mucho más que en un asiento de cine, puedes ajustar la temperatura a tu antojo, e incluso puedes roncar sin molestar a los demás espectadores.
De la comida ni hablar. La mayoría de los autocines ofrecen mejor comida que los cines regulares. Muchos tienen parrilladas o/y pizzerías donde elaboran su propia comida fresca, mientras que en los cines regulares usualmente encuentras comida industrial.
Muchos autocines proyectan películas y animados de la época de oro del cine. Prácticamente son la única oportunidad de ver estas producciones en una pantalla grande, literalmente. Y además tienen pantallas mucho más grandes que las de los cines regulares.
Y como si fuera poco, la mayoría de los autocines ofrecen dos películas por el precio de una, como en los viejos tiempos.