El botiquín de emergencia de tu casa o productos ajenos a los que utilizas en tu rutina de belleza como el talco o la vaselina, no sólo pueden ayudarte a curar un raspón, una cortadita, aliviar un dolor de cabeza o mantener frescos tus zapatos, sino también pueden sacarte de un apuro cuando se termina tu desmaquillante o tu shampoo en seco.