Linda Mathiesen, una maestra y madre soltera, se confundió al pagar porque la terminal no tenía puntos decimales y apretó por error tres veces el botón de cero, lo que elevó su propina inicial de cinco dólares a 5,000. Llamó hasta 22 veces a Wells Fargo, su banco, que le dio una respuesta a su solicitud ocho meses después de la transacción.