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Hipertensión

Estudio revela vínculo entre dormir la siesta y sufrir un infarto

La siesta, una costumbre arraigada en la cultura de Latinoamérica y el sur de Europa, podría dar pistas sobre la salud de una persona, como por ejemplo una falta crónica de buen sueño por las noches. Estas son las conclusiones del último estudio sobre este hábito.
Publicado 26 Jul 2022 – 11:29 AM EDT | Actualizado 26 Jul 2022 – 11:29 AM EDT
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Las personas que duermen la siesta tienen más probabilidades de desarrollar hipertensión y de sufrir un infarto, según un nuevo estudio sobre este hábito.

La siesta, dormir entre veinte minutos y cuatro horas después de comer, es una costumbre de la cultura iberoamericana frecuente, sobre todo en meses de calor intenso como los de este verano boreal.

Quienes duermen la siesta con regularidad tienen un 12% más probabilidades de tener hipertensión y un 24% más de sufrir un infarto, según el estudio publicado esta semana en Hypertension, de la Asociación Estadounidense del Corazón.

Los expertos no dicen que dormir la siesta sea poco saludable por sí mismo, sino que el hecho de necesitarla puede ser una señal de que la persona tiene una mala calidad del sueño.

El perfil mayoritario de quien duerme la siesta con frecuencia es, según el estudio, un hombre, con educación básica y bajo salario, que fuma, bebe a diario, tiene insomnio, ronca y es una persona nocturna.

"Estos resultados son especialmente interesantes dado que millones de personas en el mundo duermen la siesta de forma regular e incluso a diario", dijo E Wang, uno de los autores del estudio.

La siesta es una costumbre arraigada en Latinoamérica y el sur de Europa, pero también se da en el norte de África, Oriente Medio, China, India y Filipinas.

Las siestas no pueden compensar la falta de sueño nocturno

Los participantes en el estudio menores de 60 años que duermen la siesta habitualmente demostraron tener un 20% más de riesgo de desarrollar hipertensión en comparación con las personas de su edad que nunca hacen siesta.

Los mayores de 60 que tienen esta costumbre, según el análisis, se enfrentan a un riesgo un 10% mayor de tener hipertensión frente a las personas de ese grupo de edad que nunca duermen siesta.

El estudio también reveló que si se aumentaba la frecuencia de la siesta, al pasar de no hacerlo nunca a algunas veces, el riesgo de tener presión arterial alto aumentaba un 40%.

"Esto es porque, aunque tomar una siesta en sí mismo no es dañino, muchas personas que tienen ese hábito lo hacen porque duermen mal por la noche. Una mala calidad del sueño está asociada con una peor salud y las siestas no son suficiente para compensar eso, indicó Michael A. Grandner, experto en sueño e investigador de la Asociación Estadounidense del Corazón.

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