¿Tienes mucho trabajo? Aplica estos 7 consejos para comer saludable en la oficina
Nos guste o no, la mayoría pasamos gran parte del día en la oficina, así que no es ninguna sorpresa que el trabajo tenga una influencia directa sobre nuestra alimentación. Al principio tenemos las mejores intenciones de comer bien y sano… pero después de un tiempo, nos damos cuenta que estamos en un círculo vicioso de comida chatarra.
Si estás pasando por algo así, no te sientas mal porque es muy común; ahora lo que nos queda hacer es cambiar nuestros hábitos y hacer algunos ajustes para empezar a comer rico y saludable durante nuestras horas laborales, ¡sobre todo cuando tenemos el tiempo encima! Para empezar a crear tu nuevo YO de oficina, tenemos algunos consejos prácticos que puedes aplicar desde hoy, ¡no te los pierdas!
1. Llega con un desayuno de campeón
No es ningún secreto que el desayuno es súper importante para rendir en el día y al saltártelo te portas mal con tu cuerpo. Pero si lo que no tienes es tiempo de desayunar en casa, entonces lo mejor es llevar tu comida, llegar temprano y disfrutarlo en la cocina de la oficina. Puedes preparar una noche antes tu tupper e incluir frutas, nueces y semillas, yogur griego y por qué no, lo que sobró de la cena anterior.
2. Agua, agua y más agua
Sí, es inevitable. Tomar agua mientras pasamos 8 horas sentados podría parecer innecesario, pero tu cuerpo necesita estar hidratado para cumplir con sus funciones, sobre todo las mentales. Además te sentirás satisfecho por más tiempo y no vas a estar buscando qué comer. Si todavía no dominas eso de beber agua durante el día, pon alarmas cada hora para tomar un par de tragos mientras estás en la oficina.
3. Divide y conquistarás
Cuando la carga de trabajo aumenta y tenemos el tiempo encima, obviamente el estrés y cansancio se incrementa, por lo podemos sentirnos con hambre más rápido. Antes de que corras a la maquinita por un munchie, mejor divide los alimentos que llevas y a la hora “del lunch” cómete una mitad y la otra 2-3 horas después.
4. Ten un lunch de emergencia
Todos tenemos esos días donde parece que el mundo está en nuestra contra. Llegamos tarde a la oficina, se nos junta el trabajo y para colmo, ¡olvidamos la comida en el refri! Antes de que caigas presa del pánico, respira y recurre a los lunch de emergencia.
Si todavía no tienes uno en tu cajón, te recomendamos armarlo de inmediato. Elige alimentos que además de nutritivos sean versátiles. Los sobres de atún son perfectos, además de venir en diferentes y prácticas presentaciones (agua, mayonesa, chipotle, con salsa de soya), los puedes combinar con otros alimentos como verduras en lata, aguacate, limón, etc. Suma al kit unas tostadas deshidratadas, una salsa picante y un sazonador como pimienta o sal.
5. Busca los snacks ganadores
La hora del munchie es inevitable, pero podemos ignorar la comida chatarra si tenemos en nuestro lugar algunos snacks saludables. Desde cacahuates sin sal, fruta deshidratada, barras de granola, galletas de trigo hasta ciruelas pasa.
6. Repite conmigo: “No, gracias”
Todas las oficinas tienen a esa persona que siempre está ofreciendo dulces, galletas, papitas, chocolates y mil chucherías más. Por eso es muy importante aprender a decir NO de forma amable y educada. Sabemos que es parte de la vida laboral, pero ese es el momento en el que debemos sacar nuestra fuerza de voluntad.
7. Lo que NO se ve NO se come
Por último aleja de tu lugar todas las tentaciones. Si no tienes enfrente ese bowl de dulces, es seguro que ni siquiera vas a pensar en él. Para qué sufrir, si lo podemos evitar es mejor hacer algo al respecto, ¿no crees?
Recuerda que los cambios duraderos no se dan de la noche a la mañana, así que no te desesperes si algún día caes “en la tentación”. Disfrútala y compensa esos pequeños placeres durante el resto del día. Comer rico y sano es importante, pero no tiene que convertirse en un calvario, así que prepara tus tuppers, ¡nunca es demasiado tarde!
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