A dónde va la grasa cuando adelgazas: entiende cómo es que la eliminas por la nariz
En América, el 62 % de los adultos tiene sobrepeso u obesidad, de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud. Y, sin embargo, todavía existe una gran desinformación respecto a cómo el cuerpo elimina la grasa.
¿Por dónde se elimina la grasa del cuerpo?
Las investigaciones realizadas por un equipo de la UNSW Science en Sídney calcularon qué sucede con la grasa al eliminar los kilos sobrantes y resulta que las teorías principales de muchos médicos estaban equivocadas. La grasa perdida no se convierte en calor o energía: se pierde mientras respiramos.
Los resultados, publicados en el British Medical Journal, revelan que cada 10 kilos de grasa que perdemos, 8,4 kg se convierten en dióxido de carbono (que exhalamos) y 1,6 kg se convierten en agua, que luego eliminamos a través de nuestra orina, lágrimas, sudor y otros fluidos corporales. Así que, en su mayor medida, la grasa termina en el aire.
El autor principal del artículo Ruben Meerman, físico y presentador de televisión, afirmó: «La respuesta correcta es que la mayor parte de la masa se respira como dióxido de carbono. Va al aire».
Cómo quemar grasas: consejos prácticos
En primer lugar, debes tener en cuenta que perder peso no equivale a quemar grasa: también puedes perder masa muscular, que no es lo más deseable.
Para deshacerte de la grasa, lo más recomendable es que consultes a un especialista en Nutrición para que te diseñe un plan a tu medida. Mientras tanto:
- Establece una rutina de sueño. Descansar bien es indispensable para que el metabolismo funcione a pleno y puedas realizar mejores elecciones alimenticias.
- Prefiere el agua. Sustituye todas las bebidas azucaradas e hidrata tu cuerpo con agua de forma regular y, en particular, antes de las comidas. Así, te sentirás más saciado y te ahorrarás una cantidad significativa de calorías vacías.
- Muévete más. Camina siempre que puedas y reserva un tiempo de tu semana para hacer ejercicio aeróbico y de fuerza. La combinación de ambas modalidades es clave para lograr mejores resultados.
- Equilibra tu dieta. Invierte en frutas, verduras, frutos secos, semillas y carnes magras. Cuanto más coloridos sean tus platos, ¡mejor!
- Cocina siempre que puedas y prioriza siempre los alimentos frescos frente a los procesados. De este modo, tendrás un mayor control sobre lo que entra a tu boca y podrás descubrir nuevos sabores.