Woodward podría enfrentarse a una sentencia de cadena perpetua sin libertad condicional. Ken Morrison, el abogado de Woodward, trató en el juicio de demostrar que su cliente no planeaba matar a Bernstein y que no odiaba a nadie, en un esfuerzo por que la condena fuera por un cargo menor, como asesinato en segundo grado u homicidio involuntario.