Lola tiene más de 20 tatuajes, dice que perdió la cuenta en el 25. Relata que su primer tatuaje se lo puso en la espalda "nada más para joder a mi madre. Tenía 20 años, era súper anarquista y lo que quería era molestarla, porque ella odiaba todo eso. Yo pensé: '¿qué puedo hacer para que me deje de hablar?', y dije: 'me voy a tatuar'". Dice que se tatuó en Tepito (uno de los barrios más peligrosos de Ciudad de México) y que logró su cometido pues su madre se enojó y le dejó de hablar. Laura Garza
Poco después se haría un segundo tatuaje. A pesar de la adicción que pueden generar, ella se detuvo durante diez años. Recuerda que fue al separarse del papá de sus hijos –"a los 30 o 31 años"– que "me solté como hilo de media" y empezó a tatuarse con más frecuencia, dándole un significado particular a cada una de las marcas que adornan su piel. Crédito: Laura Garza
Lola agrega que más bien se trató de personas que rompieron reglas, que fueron exiliadas y señaladas. , "Pero son personas que para mí fueron exactamente eso: Precursores de algo, y por eso ahora toda la música o la actuación o la dirección o las palabras o los mismos lineamientos del amor o de la vida son gracias a ellos", señaló. Crédito: Laura Garza