“Ninguna parroquia era segura”: el escalofriante informe sobre 600 niños abusados por sacerdotes en Maryland
A finales de la década de los ochenta, un sacerdote católico le reveló un secreto a un jerarca de la Arquidiócesis de Baltimore, en Maryland. Le dijo que sentía atracción por los niños, pero aquel le indicó que “no se preocupara por eso”. Siete años después, en 1993, el cura confesó que su pecado había escalado: que abusó sexualmente de un feligrés de 13 años. Tampoco hubo consecuencias.
Hasta que otra víctima denunció al ministro pederasta en 2002, el gobierno le impuso 12 cargos de abuso sexual. El sacerdote se declaró culpable de dos cargos y solo estuvo nueve meses en la cárcel. Tuvo que avanzar el proceso penal para que la Arquidiócesis decidiera excomulgarlo.
Más tarde, en 2017, otra persona denunció que, cuando tenía 10 años y era monaguillo, el mismo cura lo había violado, lo que le dejó un trauma severo que le provocó una parálisis facial.
Este caso se menciona en una moción presentada el jueves por la Fiscalía de Maryland que le pide autorización a un juez para hacer público un informe de 463 páginas sobre su investigación enfocada en los abusos sexuales infantiles ocurridos en la Arquidiócesis de Baltimore durante 80 años.
La Fiscalía afirma que ha identificado a más de 600 víctimas, desde niños pequeños que acudían al preescolar hasta adultos jóvenes; pero teme que haya cientos más que han callado los abusos.
Los investigadores señalan a por lo menos 158 sacerdotes abusadores, algunos de los cuales fueron violando a niños de parroquia en parroquia por una cultura de encubrimiento dentro del clero.
“Durante décadas, los sobrevivientes denunciaron abuso sexual perpetrado por sacerdotes católicos y durante décadas la Iglesia encubrió el abuso en lugar de responsabilizar a los abusadores y proteger a sus congregaciones”, señala el expediente judicial.
“La Arquidiócesis de Baltimore no fue la excepción. De hecho, en agosto de 2018, la Fiscalía general de Pennsylvania anunció que una investigación revelaba que el fallecido cardenal William Keeler, arzobispo de Baltimore durante mucho tiempo, participó en encubrir los abusos sexuales”, agrega.
Lo que revela la Fiscalía de Maryland coincide con las denuncias de abuso que en los últimos años han surgido en arquidiócesis de EEUU y de varios otros países, incluyendo México, Irlanda, Alemania y Chile.
El Vaticano ha reconocido públicamente los casos de pederastia cometidos por sacerdotes, ha pedido perdón a las víctimas y sostiene que los culpables deben enfrentar a la justicia.
Por medio de una carta publicada en Twitter, el arzobispo de Baltimore, William Lori, se disculpó “con las víctimas y sobrevivientes que fueron dañadas por un ministro de la Iglesia y que fueron dañadas por quienes no los protegieron, que fallaron en responderles con cuidado y compasión y en responsabilizar a los abusadores por su comportamiento pecaminoso y criminal”.
“Al leer la moción de hoy (jueves) sentimos una renovada vergüenza, un profundo remordimiento y una sincera simpatía, muy especialmente por aquellos que sufrieron las acciones de los representantes de la misma Iglesia a quienes se confió su bienestar espiritual y físico”, agregó Lori.
Curas pederastas escuchaban las denuncias
En 2019, la Fiscalía de Maryland comenzó a investigar los abusos del clero en Baltimore y la respuesta de la Arquidiócesis. En enero de ese año, a través de una orden judicial, la dependencia le exigió a la Iglesia que le entregara todos los documentos relacionados durante las últimas ocho décadas.
En el transcurso de tres años y medio, esa oficina revisó “cientos de miles de páginas” y entrevistó a exsacerdotes, jerarcas y empleados civiles de la Arquidiócesis, así como sobrevivientes y testigos.
La evidencia más antigua data de 1959. Se trata de una nota en la que se advierte que un ministro violó a niños en una parroquia en Nashville, antes de que fuera transferido a Baltimore. También allí surgieron denuncias. Una víctima le contó a una monja lo que le había pasado, ella lo reportó de inmediato y la Arquidiócesis prometió que ese cura jamás volvería al templo.
Otros denunciantes rompieron el silencio, pero la Iglesia trató de mantenerlo en secreto. “La Arquidiócesis no alertó a las autoridades del abuso hasta 1997, más de 30 años después de que se enteró por primera vez de que el sacerdote estuvo abusando a niños”, según la Fiscalía.
Las agresiones sexuales fueron tan generalizadas que los menores denunciaron los abusos a otros curas que también fueron acusados de violar niños, según el documento judicial.
“Aunque ninguna parroquia era segura, a algunas congregaciones y escuelas se les asignaban múltiples sacerdotes abusadores y algunas tenían más de un sacerdote abusador sexual al mismo tiempo. A una congregación se le asignaron once sacerdotes abusadores sexuales durante 40 años”, dice la moción.
Uno de los curas pederastas entrevistados por la Fiscalía de Maryland afirmó que fue abusado en el seminario por un miembro de la facultad. Lo denunció, pero jamás supo si hubo un castigo.
En 1981, ya ordenado, abusó a su vez de dos menores de 14 años. Lo confesó en 1995. Cuando la Iglesia hizo público lo que este cura hizo se acercaron varias víctimas, incluyendo una persona a la que le dijeron que ya no necesitaban su información pues otros habían expuesto sus casos.
Aunque seis personas aseguraron haber sido abusadas por ese sacerdote, la Arquidiócesis de Baltimore le pagó la colegiatura de su maestría en 1996 y continuó dándole un salario y cubriendo sus gastos personales hasta 1999, alega la Fiscalía de Maryland.
El sacerdote que se ocultó en el Caribe
Algo similar ocurrió con un ministro que abusó de varios adolescentes a mediados de la década de 1960 en Connecticut.
En 1969 lo enviaron a varias parroquias de Baltimore y luego a una escuela católica, donde cuatro menores dijeron que también los agredió sexualmente. Varios más contaron lo que les pasó. El sacerdote desapareció a principios de los noventa y no fue encontrado hasta 2002.
“Se supo que durante esos años gente vinculada a la Arquidiócesis visitó al sacerdote en el Caribe y que el Distrito de Colombia de la sociedad apostólica lo apoyó financieramente por años”, cita la Fiscalía.
“Los ejemplos mencionados ilustran una fracción del dolor y sufrimiento causado por la historia de la Arquidiócesis de ignorar a las víctimas y ayudar a los perpetradores”, subraya la dependencia.
La conclusión es que la Iglesia falló en denunciar ante las autoridades muchos alegatos de abuso sexual, en retirarle el ministerio a los sospechosos, en realizar una investigación adecuada y en restringir su o con niños.
En vez de eso, se subraya, hizo lo posible por mantener en secreto los casos. Y cuando finalmente reportó abusos recientes a la policía, luego hizo lo posible para que esos curas no fueran a la cárcel.
Muchas víctimas de esos ministros pedófilos sufren ahora depresión, traumas, ansiedad, consumo de drogas, alcoholismo y tienen problemas para tener relaciones íntimas. Dos denunciantes se quitaron la vida y otros dos intentaron o pensaron hacerlo, afirma la moción.
La Fiscalía de Maryland creó un correo electrónico ([email protected]) y abrió una línea telefónica (410-576-6312) para recibir más denuncias relacionadas con esta investigación.
Si tienes pensamientos vinculados al suicidio o conoces a alguien que los tiene, hay líneas telefónicas en español e inglés de asistencia en la Línea de Prevención del Suicidio y de la Asociación Estadounidense de Prevención del Suicidio. El teléfono de ayuda es 1-800-273-8255, el servicio es gratuito, está disponible todo el tiempo y las llamadas son confidenciales.