En la casa de los Rivera el día que falleció Jenni: así se sintió su muerte

El día que murió Jenni Rivera hubo una confusión tremenda. Ese domingo 9 de diciembre de 2012 se supo bien temprano que el avión que transportaba a la ‘Diva de la Banda’ había desaparecido con siete personas a bordo cuando iba de Monterrey a Ciudad de México. Hasta la tarde, no se confirmó su fallecimiento, pero las redes sociales eran un hervidero de rumores y especulaciones. Nadie quería decir lo que todos temían, si la nave había caído en una zona tan inhóspita sería difícil que una persona sobreviva.
Yo estaba en Los Ángeles y me encargaron cubrir la información para 'Noticiero Univision'. Aquel suceso para mí era diferente. Había conocido a Jenni Rivera años atrás cuando, como productora de ‘Sábado Gigante’ en Univision, llamaba a la empresa de grabaciones de don Pedro Rivera, el padre de los Rivera, buscando alguna información y ella contestaba. Una podía pasarse horas hablando con Jenni sobre sus hijos, sus sueños de apoyar a mujeres que sufrían algún tipo de abuso e buscar su suerte como cantante.
El accidente había ocurrido en México, pero la familia estaba en el sur de California. Jenni vivía con sus hijos en Encino, pero en aquellos momentos –pensé- esos niños estarían buscando un corazón donde descansar su angustia. Ese corazón estaba en la casa de doña Rosa Rivera, la madre de Jenni en Long Beach, al sur del condado de Los Ángeles, y allá fuimos, colegas de otros medios comenzaban a llegar.
La muerte de Jenni se confirmó después de las 3 de la tarde de ese domingo. Recuerdo el mensaje en Twitter publicado por Joaquín López Dóriga: “No hay sobrevivientes del accidente del avión de Jenni Rivera. DEP”.
Tocaba ahora buscar las reacciones de la familia, para saber qué pasos seguirían, comenzamos a grabar y sacar las notas al aire, al principio de manera muy conservadora, luego aceptando la muerte de Jenni y su equipo.
La casa de los Rivera
Esa misma noche al lado de otra compañera pude estar con la familia. Quería abrazar a doña Rosita. ¿Qué se le puede decir a una madre ante el dolor de la pérdida de un hijo?, más aún como en el caso de ellas que eran amigas y confidentes. En casa de doña Rosa una se siente en familia. Jenni amaba a su madre y estaban muy unidas.
La casa estaba llena. Los Rivera en pleno estaban reunidos, con ellos familiares y amigos más íntimos. Encontramos a doña Rosita sentada en el sofá, contrariamente a lo que nos imaginábamos ella estaba en paz, con dolor en el alma pero en paz, mi pregunta inmediata fue, “¿doña Rosita, de dónde la sale tanta fortaleza para enfrentar esto con tanta serenidad?”. Nos explicó que ellos eran muy cristianos y que la fe en Dios llenaba sus almas.
Muy cerca de la cocina que estaba llena de comida traída por amigos y familiares, encontramos a Chiquis, en ella se veía el dolor y la tristeza de saber que no volvería a ver a su madre. “Es mi mamá”, decía.
Chiquis es bella aún sin maquillaje. La conozco desde que era muy niña, de cerca he visto cómo ayudó a su madre desde muy niña, cuando Jenni comenzaba su carrera de cantante.
En el jardín de la casa, muy cerca de la piscina, Lupillo estaba rodeado de los demás hermanos, con huellas de llanto en su rostro, nos dijo que estaba a la espera de saber cuándo debería partir a México para cumplir con la difícil tarea de reconocer el cuerpo de su hermana.
Rosi, la hermana de Jenni comenzaba el embarazo de su primer hijo, aún así estaba al frente de todo lo que estaba por llegar, desde la puerta de la casa vio todo el despliegue de cámaras, sólo atinó a decirle a la policía que retirase a los medios del jardín porque estaban muy cerca de la propiedad y que pusieran una línea amarilla para proteger la privacidad de la familia.
Los Rivera pueden enfrentar muchos problemas pero siempre serán hermanos y, a su manera, están muy unidos.
Para mi compañera y para mí la labor de amigos cercanos terminaba y seguíamos en nuestro papel de informar sin dejar pasar un solo evento.
Unvision se preparaba para que todos sus programas cubrieran cada detalle de este proceso, a mí me asignaron las noticias de ‘Despierta América’. No había tiempo para dormir, tampoco ganas.
Para quienes conocimos a Jenni antes de que fuera famosa su paso por esta vida nos hace pensar que se fue muy pronto. Jenni, cumplió sus sueños sin imaginar que en el proceso su peor pesadilla, la de morir y dejar a sus hijos huérfanos, también se cumpliría.