Las fotos que denuncian la gordofobia de la sociedad son impactantes y te harán pensar
La fotógrafa estadounidense Haley Morris-Cafiero comenzó un osado proyecto en 2010. A raíz de su sobrepeso, percibía el prejuicio de la gente a su alrededor y, para que no fuera solo una sensación, quiso dejarlo en evidencia. Pasó a fotografiarse a sí misma en distintos lugares para ver cómo las personas reaccionaban a su cuerpo en público.
Mientras se tiraba una foto en la emblemática Times Square de Nueva York, notó que un hombre en el fondo de la imagen la miraba con expresión de disgusto. A partir de entonces decidió tomar más instantáneas que mostraran al mundo los prejuicios que existen con las personas que no cumplen los parámetros de peso adecuados.
El resultado es impactante y hasta hoy se exhibe en museos y centros culturales en Estados Unidos y Europa reflejando la mirada gordofóbica de la sociedad. La exposición ganó el nombre de Wait Watchers y hace un juego de palabras con un conocido régimen para adelgazar llamado Vigilantes del Peso, que en inglés sería Weight Watchers.
El anonimato es un privilegio
Como bien dice Morris-Cafiero, "el anonimato no es para todos". La gente con sobrepeso no puede vivir una vida en anonimato, ya que constantemente la sociedad está observándola con asombro, burla o, en el peor de los casos, con indignación.
Plus size en la playa
Jóvenes gordofóbicos
La mirada masculina
El prejuicio de las propias mujeres
Otra mirada femenina
El proyecto The Watchers
Además de la exposición fotográfica tras haber documentado el rechazo social a las personas gordas, Morris-Cafiero publicó el libro The Watchers (Los Vigilantes, en español), que compila las imágenes y comentarios que recibió cuando su trabajo se hizo público y viral.
Entre las reacciones negativas, hubo quienes cuestionaron la mirada de las personas respecto a si eran realmente un reflejo de la gordofobia o si reflejaban la curiosidad de la gente en un contexto en el que había una cámara fotografiando a una persona.
Sin embargo, también hubo ataques personales en los posteos de las fotos, según la fotógrafa, y que le molestaron más que las propias miradas que recibe en la calle. A su juicio, las miradas no revelan qué estarán pensando realmente las personas, mientras los comentarios son explícitos.
Asimismo, Haley insiste en que no encuentra las reacciones negativas hirientes. Por el contrario, le parece gracioso que la gente pierda su tiempo en dar una opinión sobre ella. «No me importa lo que nadie opine de mí. Me encanta la forma en que me veo», confiesa.
Por otra parte, como señala la artista, mucha gente dio muestras de apoyo y mandó mensajes hermosos, cargados de afecto y empatía. Y es que es imposible no reflexionar sobre el tema ante imágenes tan evidentes que nos hacen preguntarnos si ya no estuvimos en alguna situación semejante, sea mirando o siendo mirado.
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