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El maravilloso mundo de Studio Ghibli: menos guerras y más protagonistas mujeres

Publicado 1 Jul 2016 – 05:50 PM EDT | Actualizado 26 Mar 2018 – 10:34 AM EDT
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La primera película de Studio Ghibli que llegó a mis manos fue Mi Vecino Totoro y hasta el día de hoy es mi preferida. Más allá del adorable espíritu protagonista y la triste historia de fondo, lo que descubrí con el resto de sus películas completó el panorama. Desde el comienzo me cautivaron las protagonistas con las cuales podía sentirme identificada, la magia, los colores, pero sobre todo los mensajes.

Studio Ghibli fue fundada en 1985 y probablemente su mayor exponente es  Hayao Miyazaki, aunque en este artículo no me limitaré a su trabajo como director. Si bien Mi Vecino Totoro es la más conocida, está claro que no es su único éxito. Al llegar al público occidental las comparaciones fueron inevitables: mientras Disney nos daba princesas, Studio Ghibli nos llenaba de historias sobre mujeres fuertes, diversas, complejas. Viendo las películas de uno y otro, podemos ver más claramente ciertos estereotipos que se nos impusieron en el correr de los años y cómo Studio Ghibli hace un trabajo increíble por mostrar lo contrario.

En estas latitudes se nos llenó de ideas sobre chicas en vestidos hermosos yendo a fiestas y que siempre terminan en el altar con un príncipe. A eso hay que sumar el resto de las historias, con animales parlantes y mensajes naturalistas que no nos plantean el problema de fondo. En Ghibli todo está más claro: las mujeres son fuertes, luchan por sí mismas, por un mejor planeta y en contra de las guerras que destruyen el mundo. No se esconde el hecho de que el propio humano ha generado contaminación y muerte, pero al mismo tiempo, nos plantea que así como es capaz de destruir puede salvar al planeta.

La diferencia con el cine occidental

Como dije, es difícil no hacer una comparación con el cine occidental y las diferencias están a la vista. Para empezar, las películas de Ghibli distan de ser infantiles, de hecho, algunas muestran la violencia sin censura. Basta con mirar La Tumba de las Luciérnagas para darse cuenta de que no hay finales felices asegurados. Este fue uno de los conflictos con Disney, quien firmó un contrato para la distribución. Al poco tiempo de hacerlo comenzaron a censurar partes importantes, llevando al enojo de Hayao Miyazaki y todo el estudio. Lo que no comprendieron es que la violencia en Studio Ghibli no es gratuita, sino que tiene el fin de mostrarnos que existe, que está ahí y que no debería existir.

La infancia también es vista de otra manera, porque mientras los niños de Disney hablan desde la ingenuidad, en Ghibli sin dudas son más complejos e importantes. Solo tenemos que ver a las protagonistas de Mi Vecino Totoro lidiar con una madre hospitalizada.

El rol de las mujeres y el feminismo

Desde un comienzo Studio Ghibli fue catalogado de feminista por sus protagonistas fuertes. Está claro que hay algo de cierto en esta afirmación, porque las historias son contadas desde un ángulo diferente. Mientras en las animaciones occidentales predominan las princesas que buscan el amor verdadero y solo logran sus objetivos acompañadas de su pareja, en Ghibli no es necesario.

Hay ejemplos claros como Chihiro o Nausicaa, pero también otros menos conocidos, como Fio en Porco Rosso. En este último caso, es genial cómo el protagonista muestra su machismo adquirido culturalmente (como si no fuera más extraño ver a un cerdo volando), cuando no confía en que Fio pueda diseñar su avión. Con el tiempo se da cuenta de que la chica es muy inteligente, más que muchos otros hombres.

Pero no solo se ve en la desconfianza del protagonista frente a la chica, sino en la apuesta que hacen más adelante. Ella misma se propone como premio en una competencia entre los enemigos y el personaje principal. El momento da a entender que los competidores poco inteligentes la ven como un objeto, aunque claramente ella sabe que es mucho más que eso.

Cuando hay un personaje masculino en la historia, no siempre es el interés romántico de la chica en cuestión. Solo es necesario ver a San y Ashitaka en La Princesa Mononoke, donde ambos se tienen respeto mutuo pero no necesariamente una relación amorosa. En Kiki’s Delivery Service la protagonista sabe valerse por sí misma, a pesar del cariño hacia Tombo. Lo mismo podemos decir de Shizuku en Susurros del Corazón, cuya forma de amar tiene que ver con cumplir sus propios sueños y convertirse en quien ella misma desea. El amor no es entonces la anulación de la mujer frente al hombre, sino la conjunción de dos personas completas que crecen a la par.

Si analizamos el aspecto femenino de las películas de Studio Ghibli, inevitablemente nos daremos cuenta de que el personaje antagonista es generalmente una mujer. En Mononoke tenemos a Lady Eboshi, quien destruye el bosque pero también salva a los leprosos y empodera a las mujeres. Su comportamiento puede despertarnos simpatía, al mismo tiempo que reprobación.

Las princesas

En el mundo de Studio Ghibli también hay princesas, pero no se parecen en nada a las tradicionales. No usan vestidos rebuscados ni tienen como meta conocer al amor verdadero y casarse. San es una princesa criada por lobos, que viste pieles y vive entre animales. Quiere proteger el bosque y vivir en paz, pero se siente amenazada por los de su propia especie.

Nausicaa también es una princesa, pero prefiere salir a explorar el mundo y descubrir por qué la tierra está destruida. Ella sola crea un bosque subterráneo y pelea por la seguridad de su pueblo. Su padre muere, pero en vez de buscar venganza decide salvar a la humanidad de la destrucción mostrando el peligro de las guerras incesantes.

La edad

La vejez es un tema importante para el estudio, como podemos ver en El Castillo Vagabundo, donde Sophie se transforma en anciana debido a un hechizo. Se vuelve una mujer fuerte, a pesar de su edad, y no se rinde ante las circunstancias.

En Kiki’s Delivery Service tenemos la relación entre la protagonista y dos mujeres mayores, quienes crean un lazo de amistad.

También están las mujeres del hogar para ancianos de Ponyo, las cuales son mucho más vivaces de lo que cabría esperar.

¿Qué decir de las mujeres mayores de Porco Rosso, que a falta de hombres trabajan en el taller cargando pesadas piezas y armando aviones?

Comúnmente se muestra la vejez no como el final del camino, sino como una etapa en la que también existen descubrimientos y, por supuesto, sabiduría. Es también lo opuesto a la frivolidad, de la cual sufre Howl cuando recién conoce a Sophie.

La muerte

Las historias de Studio Ghibli están más cerca de las historias originales de cuentos de hadas que de las películas de Disney. Recordemos que en las versiones antiguas había sangre y muerte, como cuando la Sirenita se sacrifica o Cenicienta debe cortarse el pie. Disney tomó esas ideas y las transformó en algo leve y simple.

La idea era mostrarle a los niños que el mundo es complicado, sin necesidad de suavizarlo tanto. Es así que hay muerte, como cuando vemos que las niñas de Mi Vecino Totoro tienen una madre muy enferma. En otras ocasiones los jóvenes se enfrentan a grandes batallas, como Nausicaa. También aprenden de los problemas que los rodean, como cuando la madre de Sosuke se enoja por la ausencia de su esposo en el hogar.

El problema de las guerras y el medio ambiente

Varias de las películas de Studio Ghibli toman la guerra como centro, pero probablemente la más recordada es La Tumba de las Luciérnagas. Esta película dirigida por Isao Takahata muestra la crueldad de la guerra mundial y el sufrimiento de los niños en este contexto. No intenta suavizar una realidad ni mostrar un final feliz. Está basada en una historia real, lo que la hace aún más fuerte para los espectadores.

Sin embargo, no es la única que muestra la destrucción de las guerras. Nausicaa del Valle del Viento hace un buen trabajo mostrando cuando los humanos pierden el rumbo. Un mundo contaminado es todo lo que queda luego de largos conflictos bélicos. Temas similares se ven de fondo en El Castillo Vagabundo o Porco Rosso, aunque no de forma tan directa.

En cuanto al medio ambiente, los mensajes ecologistas están dispersos en toda la obra. No solo cuando existen guerras destructivas, sino cuando los humanos mismos intentan tomar el control. Es el caso de La Princesa Mononoke, cuando el bosque de San se encuentra en peligro, o en la adorable y graciosa pero también triste Pom Poko. Esta última trata sobre un grupo de tanukis que se ven desplazados de su hogar con las construcciones de nuevas ciudades.

En Ponyo, por ejemplo, tenemos a Fujimoto, un ser del agua que en algún momento fue humano, pero prefirió la vida marina. Su rechazo hacia los humanos surge de ver la contaminación y destrucción de las que son capaces. Pero también marca que no todos los humanos son iguales, ni están completamente perdidos. Su hija quiere estar con ellos, algo que no entiende. Sin embargo, un niño demostrará que todavía hay esperanzas.

Sigamos descubriendo ese universo

Las películas de Studio Ghibli son totalmente diferentes a lo que se ve por parte de otros estudios y nos ha dado material para pensar y analizar durante largo tiempo, así como disfrutar de una nueva mirada del mundo. Si tienes un tiempo, aprovecha para mirar alguna de sus películas y reconocer por ti mismo todos estos puntos, aprender nuevas cosas y disfrutar de la estética.

No se trata solo de tener una alternativa a Disney o cualquier otro estudio occidental, sino también de descubrir que el mundo es mucho más que princesas. Se trata de que veamos a la mujer en un plano nuevo, fuerte, independiente. También sobre ver nuestro propio mundo y los problemas de guerras y contaminación sin filtros que nos oculten la verdad.

Ghibli no se guarda lo malo: hay sangre, hay violencia, pero todo para decirnos que esa no puede ser la norma, que la magia debe estar para cambiar todo eso. No se suaviza la verdad para que el mundo parezca más lindo. De la mano de la magia y los colores llamativos hay metáforas y enseñanzas. Vamos a descubrirlas y prestarles atención.

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