¿A partir de qué edad un bebé ya puede usar un vaso entrenador?
Darle un vasito entrenador a tu pequeño es un gran paso en su crecimiento. Significa que sus habilidades motoras están lo suficientemente desarrolladas para sostener una bebida y evitar que se derrame.
Además de mantener su ropita limpia, también representa un avance en su independencia.
Marca el inicio de una etapa en donde podrá descubrir el mundo de los alimentos con sus propias manos. Eventualmente, aprenderá a utilizar cubiertos y podrá comer sin necesitar ayuda.
Te mostramos cual es la edad aproximada en la que tu pequeño estará listo para usarlo y cómo puedes iniciar este aprendizaje.
¿A qué edad puede usar mi bebé un vaso entrenador?
La Academia Americana de Pediatría asegura que el momento indicado es entre los 6 y 9 meses de vida. De esta forma, tu pequeño podrá acostumbrarse a utilizarlo y renunciará al biberón más fácilmente.
Según la página especializada Kids Health, para cuando cumpla un año ya lo tendrá dominado y podrá comenzar a utilizar una taza o vaso pequeño.
Este nuevo aprendizaje indica que su coordinación motriz y sus habilidades manuales se están desarrollando correctamente.
Los expertos mencionan que es importante hacerlo antes de los 18 meses de edad, de otra forma el uso del biberón se prolongará por mucho más tiempo.
Esto, además de alentar a tu hijo a tomar más leche de la necesaria, aumenta el riesgo de que aparezcan caries en un futuro.
Beatriz Romo Pardo, neuropediatra y especialista en trastornos infantiles, sugiere que el cambio sea lento y muy amigable.
Si retiras la mamila de un día a otro, tu bebé percibirá esta acción como un castigo y no como una meta en su desarrollo.
¿Cómo introducir el vaso entrenador?
Hasta el momento tu bebé sólo conoce el biberón, por lo que beber de una vasito es una experiencia totalmente desconocida. Por eso es importante que seas muy paciente con este aprendizaje.
La página What to expect sugiere que comiences por ofrecerle agua o jugo natural durante la hora de la comida.
Dale su tiempo y deja que inspeccione el recipiente (incluso que juegue con él), así será más fácil que se familiarice.
A medida que se sienta más cómodo, sustituye el líquido por leche materna o fórmula.
Acerca el vaso a su boquita y deja que caigan algunas gotas. Asegúrate de que ingiera un poco de leche antes de ofrecerle más, de lo contrario, podría tener arcadas.
No lo obligues a beber más de lo que desea. Si tu pequeño mueve la cabeza o se aleja del vaso, es señal de que está lleno y que no le apetece tomar más.
Mantente alerta a las señales que envía su cuerpo y aprende a aceptar un 'no' por respuesta.
Finalmente, recuerda que el éxito de este aprendizaje reside en la atención y paciencia que le pongas a tu pequeñito.
Lo más importante es que respetes su espacio y le brindes un entorno atractivo, amoroso y amigable que lo motive a seguir aprendiendo.
Y tú ¿cómo impulsas el desarrollo de tu bebé? Cuéntanos en los comentarios.
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