8 enfermedades que una mujer puede desarrollar durante el embarazo y cómo prevenirlas
El embarazo es una etapa en la vida de la mujer en que se presentan muchos cambios físicos, los cuales pueden desencadenar algunas enfermedades. Presta atención a la siguiente lista para que estés alerta y consultes cualquier duda con tu ginecólogo.
#1 Preeclampsia
Esta enfermedad se caracteriza por hipertensión, edema y exceso de proteínas en la orina. Una de cada diez mujeres embarazadas la pueden presentar.
En la mayoría de los casos, la preeclampsia aparece en las últimas semanas del embarazo, a partir de la semana 20 (alrededor de los 7 meses).
Algunas mujeres embarazadas tienen más riesgo de sufrir preeclampsia, por ejemplo las mamás primerizas, mujeres con embarazos múltiples, madres que tengan antecedentes familiares de preeclampsia o que sufran de obesidad.
La preeclampsia severa se caracteriza por síntomas como dolores de cabeza, visión borrosa, fatiga, falta de orina y dolor abdominal. Todos estos signos ameritan que vayas a consultar a tu médico sin demora.
Para diagnosticar la preeclampsia, tu médico puede realizarte pruebas tan sencillas como medirte la presión arterial, hasta otras más específicas relacionadas con las funciones renales o la coagulación de la sangre.
Si lo considera pertinente, también puede realizarte una ecografía para revisar el crecimiento de tu pequeño, así como un ultrasonido Doppler para observar el flujo sanguíneo hacia la placenta.
Si tienes preeclampsia leve, lo más probable es que el médico te recomiende cambiar algunos de tus hábitos; por ejemplo comer menos sal, beber al menos 8 vasos de agua al día y aumentar tu ingesta diaria de proteínas.
En caso de que tu preeclampsia sea grave, lo más seguro es que el doctor te recomiende reposo en cama y te dé algún medicamento para normalizar tu presión arterial.
#2 Oligohidramnios
Esta enfermedad significa que tienes una cantidad baja de líquido amniótico, que es el fluido que rodea al feto dentro del útero.
Tener poco líquido amniótico puede causarle problemas al bebé, ya que podría estar muy comprimido y esto lo pone en riesgo de sufrir deformaciones.
Cuando hay poco líquido amniótico en el útero, los pulmones de tu pequeño podrían no madurar con normalidad. Así que es una condición de cuidado.
Algunas razones por las que puedes tener poco líquido amniótico son las siguientes: tu embarazo ha durado demasiado (más de 42 semanas), la placenta no funciona adecuadamente, el bebé tiene una anomalía cromosómica, no ha crecido tanto como debería o tiene problemas en los riñones.
También hay algunos medicamentos que pueden provocar oligohidramnios, tales como el captopril o el enalapril. No se recomienda consumirlos durante el embarazo, aunque en casos muy específicos el médico podría recetarlos.
Este problema se puede presentar en cualquier punto del embarazo, aunque es más común que ocurra después del segundo trimestre. Generalmente se detecta en una ecografía.
#3 Hiperémesis gravídica
Durante el embarazo, al menos la mitad de las mujeres sufrirán náuseas y vómito, pero esta condición es mucho más grave y delicada que las náuseas ordinarias.
La hiperémesis gravídica se caracteriza por náuseas sumamente intensas y vómitos constantes durante todo el embarazo. Estos síntomas no desaparecen en el primer trimestre (como generalmente ocurre) y pueden ser realmente graves para la salud de la futura mamá.
En algunos casos, la mujeres que padecen este trastorno vomitan hasta el punto de perder peso y deshidratarse, así que suelen ser hospitalizadas durante algún tiempo.
Durante su estancia en el hospital se les istran líquidos y otros nutrientes vía intravenosa, además de medicamentos destinados a minimizar la sensación de náuseas.
Afortunadamente, la hiperémesis gravídica es un trastorno muy poco común, que afecta a menos del 1% de las mujeres embarazadas. Kate Middleton, esposa del príncipe William, sufrió este trastorno durante sus embarazos.
#4 Diabetes gestacional
Se trata de una de las complicaciones más habituales que se pueden presentar durante el embarazo, aunque esto no la hace menos delicada.
Ésta ocurre cuando el cuerpo de la mujer no gestiona correctamente la hormona insulina y, por lo tanto, la glucosa comienza a acumularse en la sangre.
Recordemos que la insulina es una hormona que se fabrica en el páncreas y es la responsable de convertir el azúcar de los alimentos (glucosa) en energía.
Como te explicamos más arriba, la diabetes gestacional es bastante común. Se calcula que afecta a una de cada 10 mujeres embarazadas que previamente no tenían problemas con su producción o manejo de la insulina.
Hasta el momento no se conocen las causas específicas de la diabetes gestacional. Sin embargo, se piensa que las hormonas propias del embarazo reducen la capacidad del cuerpo para responder a la insulina.
Esta enfermedad no provoca síntomas demasiado notorios. Es por ello que a las mujeres embarazadas se les realiza un estudio entre la semana 24 y 28 de gestación para detectarla.
Algunos factores que podrían hacerte más propensa a esta enfermedad son: tener antecedentes familiares de diabetes, ser mayor de 35 años, padecer hipertensión arterial o síndrome de ovarios poliquísticos.
Además, si has sido fumadora, tienes un sobrepeso que supera el índice de masa corporal (IMC) de 30, te alimentas de manera inadecuada y no realizas ningún ejercicio, podrías ser más propensa a sufrir este padecimiento.
Si llevas un buen control de tu diabetes gestacional, lo más seguro es que no tendrás muchas complicaciones. Si por el contrario, no te cuidas o no te diagnostican correctamente, puedes presentar otros problemas en el embarazo.
Las mujeres con diabetes gestacional son más propensas a desarrollar reeclampsia, diabetes tipo 2 y a tener un parto con complicaciones que requiera cesárea.
Además, también puedes dañar a tu bebé sin proponértelo, ya que tienes mayor posibilidad de un parto prematuro, mayor riesgo de que él o ella desarrolle diabetes y de que incluso tenga hipoglucemia cuando nazca.
#5 Anemia
Se define como la insuficiencia de glóbulos rojos en la sangre o su capacidad reducida para transportar oxígeno o hierro. En términos más simples, podríamos entenderla como una cantidad deficiente de hierro en la sangre.
Este padecimiento es muy común en el embarazo. Se calcula que el 50% de las futuras mamás lo presentan y generalmente no causa daños demasiado graves.
La razón por la que las embarazadas sufren anemia tiene que ver con que el cuerpo aumenta su demanda nutricional en el segundo y el tercer trimestre. La mayoría de las mujeres no tiene suficientes reservas de hierro y de ahí viene la carencia.
Recuerda que cuando estás embarazada, tus necesidades de hierro aumentan muchísimo, ya que tu volumen de sangre es mayor. De requerir 18 miligramos diarios, ahora necesitarás 27.
Para proveerte de la cantidad justa de hierro, lo más seguro es que el médico te recete alguna clase de suplemento. Además, es muy probable que te recomiende consumir alimentos como pescado, frutos secos, nuez, verduras de hoja verde y garbanzos.
#6 Placenta previa
Se trata de una complicación del embarazo con la que debes tener mucho cuidado, ya que representa riesgos reales para tu bebé a la hora de nacer.
En la mayoría de los casos (los normales), la placenta se adhiere a la parte superior o lateral del útero, pero cuando se tiene placenta previa, ésta obstruye de manera total o parcial el cuello del útero, así que está en la parte de abajo.
Este padecimiento puedes provocar que tengas sangrados durante todo tu embarazo y también en el parto. Además, es probable que tu hijo o hija tenga que nacer por cesárea, ya que la placenta está bloqueando la salida del bebé.
Si tienes placenta previa, el médico podría recomendarte que te abstengas de tener relaciones sexuales y que limites tus actividades físicas al mínimo.
#7 Incompatibilidad de Rh
En las primeras citas con tu ginecólogo, lo más seguro es que te haya mandado a hacer una prueba de factor Rh para conocer tu tipo de sangre.
Esto es muy importante, ya que si tienes Rh negativo y tu bebé lo tiene positivo, tu sistema inmunitario puede reconocer sus glóbulos rojos como extraños y atacarlos.
La buena noticia es que en el primer embarazo es muy poco probable que esto ocurra, pero con cada uno de tus embarazos te irás volviendo más sensible a un Rh positivo.
Sin embargo, no debes precuparte, ya que si tu doctor ha detectado un riesgo, te recomendará que te apliques una inyección de anticuerpos Rh alrededor de la semana 28. Con esto reducirás los problemas en tus futuros embarazos.
#8 Hipotiroidismo
Como sabes, el embarazo genera muchos cambios en el organismo y algunos de ellos pueden afectar la función de la tiroides.
Es por ello que entre todos los estudios de laboratorios que el médico te mandará a hacer, existe uno muy importante llamado examen de la hormona estimulante de la tiroides (TSH).
Esta prueba mide si tu tiroides está produciendo suficientes hormonas, ya que si tienes una deficiencia, es probable que padezcas una enfermedad llamada hipotiroidismo, la cual podría afectar el desarrollo de tu bebé.
La buena noticia es que una vez detectado, el hipotiroidismo en el embarazo se puede controlar para evitar cualquier complicación.
Si lo padeces, el médico te recetará una hormona tiroidea sintética llamada levotiroxina. La dosis se te irá ajustando de acuerdo con el avance de tu embarazo.
Lo más común es que el médico controle la evolución de tu hipotiroidismo y te mande a hacer una prueba de TSH cada seis u ocho semanas.
Esperamos que este artículo te haya ayudado a tener una noción sobre las enfermedades que puedes padecer durante el embarazo. Sin embargo, te recordamos que ninguna información que encuentres en Internet puede sustituir el diagnóstico o consejo profesional de un médico especializado en salud reproductiva.
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