Lo bueno y lo malo de tener una roomie
Tener una roomie puede ser lo más divertido del mundo... o una verdadera pesadilla. Todo depende del respeto, el tipo de convivencia y hasta las reglas que hayan establecido desde el principio.
Como sea, si estás pensando en vivir con alguna amiga, conocida o de plano experimentar con una extraña, estas son algunas ventajas y desventajas que puedes encontrar:
Lo bueno...
Ahorrarás
Repartir los gastos de la casa es algo que le caerá muy bien a tu bolsillo. Luz, agua, teléfono, internet... todo podrás dividirlo y con eso tener algunas comodidades extra en casa o comprarte algo cada mes.
Hay roomies que también dividen la cocinada, ya que es más económico hacer de comer para dos que para una sola persona. Si la conoces, organízate para ir al súper juntas y aparten un día para preparar lo de la semana.
Estarás acompañada
Aunque nos guste mucho vivir solas, hay momentos en que necesitamos compañía, y si tú tienes la suerte de tener una compañera de casa agradable y con quien puedes conversar, ¡qué mejor combinación para no sentir soledad e incluso formar una amistad!
Aparte, cuando viajes, lo harás con la tranquilidad de que tu casa no se queda sola.
Compartirás las labores del hogar
Por suerte, vivir con alguien también te permite dividir la barrida, la trapeada o la lavada de los baños. Desde el principio organiza un calendario para repartir estas responsabilidades.
Otra opción, si ninguna de las dos tiene tiempo o no quiere hacerlo, es que contraten a alguien que les ayude a las labores de limpiez a.
Lo malo...
Tendrás menos espacio para ti
El único lugar de la casa que será solo tuyo es tu cuarto. Todo lo demás son áreas comunes que deberás compartir no solo con tu roomie, sino con sus visitas. Lo anterior te puede incomodar, pues todos tenemos diferentes estilos de vida, cultura y educación, y tal vez habrá cosas en la convivencia diaria que no te gustarán.
Revisa: Cómo elegir un roomie
Menos momentos de intimidad
Si tienes pareja o si eres una soltera con mucha actividad, ya no tendrás la misma privacidad que cuando vivías sola. Ahora habrá que ponerse ropa al salir del cuarto y disimular los sonidos cuando haya sexo.
Incluso tendrán que definir desde un inicio si permitirán visitas o no, ya que esto también abre la oportunidad de que entren extraños a tu casa.
Puedes llevarte una mala sorpresa
Ya lo dice el dicho... "si quieres conocer a Inés, vive con ella un mes”. Vivir con alguien puede cambiar radicalmente el concepto que tienes de esa persona, porque no revelamos nuestro verdadero yo sino mediante la convivencia diaria.
No es lo mismo tener una amistad con alguien que verla todos los días y compartir responsabilidades. Así que elige muy bien y piénsalo dos veces antes de decidirte por una roomie.