Hacer ejercicio en invierno
El frío, la lluvia y la nieve vuelven el hecho de hacer ejercicio en invierno un completo desafío apto sólo para valientes. Está claro que no todos somos valientes, y que cuando amanecemos con la ventana empañada la pereza y el calor de nuestra cama ganan casi siempre. Pero... ¿realmente dejarías que el frío le gane a tu voluntad?
Yo no, y espero que tú tampoco. Hay varias formas de combatir el frío y ponerte a hacer ejercicio en invierno sin sucumbir a la tentación de quedarte durmiendo. Claro, sé que el ejercicio en casa no ofrece muchas posibilidades, pero con un poco de creatividad e ingenio todo es posible.
Resulta bastante monótono hacer ejercicio durante media hora sobre el mismo caminador a velocidad constante. Por ello, intenta dividir tu ejercicio en intervalos a diferente intensidad. Cinco minutos a baja velocidad, cinco un poco más rápido, cinco a velocidad normal... así hasta que lo consideres. Luego baja la velocidad y estira. Por lo menos no estarás cuarenta minutos corriendo de forma monótona.
Sin salir a correr al aire libre, hay otras maneras de ponerle color a tu entrenamiento. Dirígete al gimnasio y utiliza bastantes máquinas y aparatos para variar la rutina. Ejercita pecho un día, piernas y brazos otro, otro espalda, otro sólo ejercicios aeróbicos... Tú decides, y tu instructor, claro está.
Una última opción interesante puede ser hacer ejercicio en grupos. Trabajar tu cuerpo junto a compañeros o compañeras puede ser el elemento clave que cambie radicalmente tus ganas de ejercitarte. Acompañado te olvidarás del frío, y todos juntos se ejercitarán de forma más amena que si estás haciendo ejercicio en solitario.