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beneficios del yoga

Comienza tu día al 100 %: 4 ejercicios de yoga para levantarte con todas las ganas

Publicado 23 Nov 2018 – 08:17 AM EST | Actualizado 23 Nov 2018 – 08:17 AM EST
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Los primeros momentos luego de que nos despertamos son los más valiosos del día. Levantarnos con el pie derecho influirá en cómo nos comportaremos o reaccionaremos ante las adversidades durante el resto de la jornada. Comenzar con aunque sea 10 minutos de yoga puede ponernos en un humor positivo y calmado, que nos relajará y nos dará lugar para pensar y reflexionar en cualquier día caótico.

Hacer yoga en la mañana es beneficioso: ¿por qué?

Dado que el cuerpo en la mañana suele estar más rígido, es conveniente comenzar a darle movimiento apenas te levantas. Mover las articulaciones las protege. Si lo haces a primera hora de la mañana, notarás menos dolor durante todo el día. Sin embargo, es por esa misma razón que deberías ser más gentil con él y no exigirle una rutina complicada de ejercicios.

Intuitivamente, te moverás de manera más lenta y permanecerás en las posturas más tiempo. Al no hacer posturas tan exigentes, notarás que la serie de ejercicios funciona como un calmante. A través de algunas posturas estáticas puedes estimular tu sistema digestivo, sin necesidad de ingerir algo ni de introducir cafeína al organismo. Los asanas funcionan, para esto, mejor que el café.

Al entrar en un estado de tranquilidad, el yoga te abrirá las puertas para seguir cuidándote durante el día y, por ejemplo, comer exclusivamente cuando tengas hambre y tomar decisiones saludables para ti. Hacer yoga en la mañana enviará a tu subconsciente el mensaje de que realmente te importa estar bien y cuidarte; por eso, será más sencillo mantener esta actitud durante el día.

Posturas de yoga para comenzar el día con ganas

Menos estrés, un ánimo más positivo, un cuerpo que se siente mejor... ¿necesitas más razones para practicar yoga en la mañana? Llegar a casa después de un día agotador y hacer veinte minutos de posturas suena mucho más difícil que dedicarle unos minutos en la mañana y que ya quede hecho para el resto del día. Pon tu alarma unos minutos más temprano y levántate hacia la mat con esta serie de ejercicios que te harán comenzar el día al 100 %.

Saludo al sol

Es el ejercicio más recomendable para comenzar el día. Te ayudará a calentar el cuerpo, a soltar las articulaciones, a estirar grandes grupos de músculos y a comenzar a controlar la respiración. Solo no te exijas con ninguna postura.

  1. Comienza en postura de montaña, con la espalda completamente derecha, mirando al frente. Lleva tus manos juntas al pecho y exhala todo el aire de tus pulmones.
  2. Inhala y lleva los brazos arriba. Estírate.
  3. Exhalando, baja con la espalda derecha hacia una flexión hacia adelante, sobre ti misma. Apoya las manos a los costados de tus pies. Flexiona las rodillas todo lo que necesites.
  4. Inhalando, lleva la pierna derecha hacia atrás, estirada, y apoya los dedos del pie derecho.
  5. Retén el aire y lleva la otra pierna hacia atrás, para quedar en la postura de la plancha.
  6. Exhala mientras apoyas las rodillas, el pecho y el mentón en el piso.
  7. Deslízate hacia la postura de la cobra, inhalando; despega el pecho del piso y mantén los codos flexionados.
  8. Apoya los deditos de los pies nuevamente y exhala mientras te apoyas en tus manos para levantar la cadera y pasar al perro boca abajo.
  9. Inhala y lleva la pierna derecha adelante, entre las manos. Si no llegas, ayúdate de una de las manos para acercarla y posicionarla. Si prefieres, en esta postura puedes bajar la rodilla que está atrás al piso.
  10. Exhala y lleva el pie izquierdo junto al derecho. Quédate en esa flexión hacia adelante con las rodillas flexionadas. Aprovecha para descansar, dejando que todo el torso, los brazos y el pecho caigan.
  11. En la próxima inhalación, sube con la espalda redonda; lo último que debes hacer es despegar el mentón del pecho.
  12. Junta las manos en el pecho nuevamente y tras algunas respiraciones repite el ejercicio.

Gato y vaca, con variante

Para comenzar a moverte hacia el resto del día es esencial higienizar la columna. Este ejercicio dinámico es ideal para involucrar en ese estiramiento las articulaciones de las muñecas, tobillos, rodillas y cadera.

  1. Colócate en cuatro apoyos, con las manos justo por debajo de los hombros y las rodillas en línea con la cadera. Los empeines descansan detrás.
  2. Inhala y mira hacia adelante, sin forzar el cuello. La espalda se hundirá naturalmente.
  3. Exhala mientras llevas el mentón a tu pecho y arqueas la espalda hacia arriba.
  4. Tras varias respiraciones, lleva una pierna arriba, flexionada, al inhalar.
  5. Exhala y baja la rodilla, proyectándola hacia tu frente. Continúa el movimiento por varias respiraciones.
  6. Al llevar la pierna hacia arriba, tómate del tobillo con la mano del lado contrario. Intenta hacer fuerza con tu mano para estirar más la pierna. Respira en la postura. Si no llegas, tan solo deja la pierna levantada.
  7. Exhala y desarma la postura. Pasa a la postura del niño (cadera a los talones, frente en el piso), descansa y vuelve a hacer el ejercicio del otro lado.

Paloma

Para comenzar el día es esencial estirar los músculos de la cadera, especialmente si vas a estar todo el día sentada.

  1. Siéntate sobre tus talones. Apoya las manos a los costados de las rodillas.
  2. Lleva la pierna izquierda hacia atrás y pasa a quedar sentada sobre el talón derecho.
  3. Suelta las manos y tráelas a tu pecho.
  4. Para profundizar el estiramiento, lleva la mano izquierda hacia la pierna izquierda y mira hacia atrás.

Torsión reclinada

Aprovecha estos momentos para volver a descansar un rato y beneficiar tu digestión con esta postura.

  1. Acuéstate boca arriba sobre la mat.
  2. Lleva la rodilla derecha hacia tu pecho. Deja la otra pierna estirada.
  3. Sostén la rodilla derecha con la mano izquierda. Estira el brazo derecho abierto, perpendicular a tu cuerpo.
  4. Exhala y lleva la rodilla derecha hacia el piso. Naturalmente, tu cadera se despegará del piso, pero debes tratar de hacer un esfuerzo por que tu hombro derecho siga en el suelo. Aplica una suave presión sobre la rodilla derecha con la mano izquierda. Trata de que la rodilla quede a la altura de la cadera.

Como toda serie de asanas, se merece un descanso. Pasa algunos momentos sentada y abrazada a tus rodillas semiflexionadas, con el torso por encima de las piernas. Luego pasa a la postura del cadáver y relaja tu cuerpo por 5 minutos. Solo no te vuelvas a dormir.

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