Glass rompe la taquilla en su primer fin de semana... ¿Pero llega a colmar las expectativas?
Las expectativas son un terreno traicionero. Si llevamos mucho tiempo generándolas y esperando que algo nos maraville, cuando ese «algo» llega a nosotros, es muy probable que experimentemos una gran desilusión, y eso generalmente se debe a que realmente esperábamos algo irreal y no tanto a la calidad del producto. Claro, también existen excepciones.
Bien, sé que todo lo anterior suena un poco entreverado, pero precisamente esto es lo que parece estar sucediendo con Glass. La película de M. Night Shyamalan, secuela de Unbreakable (2000) y Split (2016), llegó a las salas de cine este fin de semana cargando sobre su espalda el hecho de ser una de las películas más esperadas del año, y si bien la taquilla refleja su éxito, la opinión de aquellos que ya la han visto es bastante tibia…
Glass, quebrando la taquilla
En cuanto a la taquilla, el éxito de Glass es innegable y también es un fiel reflejo de las expectativas de los fans. Durante su primer fin de semana en cartelera la película logró recaudar $40,58 millones de dólares en el mercado doméstico, y automáticamente pasó a liderar los charts de taquilla.
Asimismo, se estima que la película se mantendrá en ese lugar durante todo el mes y es prácticamente seguro que será el estreno más exitoso de enero.
En cuanto al mercado global, Glass lleva $88 millones, una suma excelente considerando la época del año en que estamos y que en algunos mercados aún no ha sido estrenada.
Opiniones divididas
Volviendo al tema de las expectativas y las reacciones de quienes ya han visto el film, parece que Glass ha generado opiniones divididas. Algunos sostienen que la película es definitivamente una digna secuela de Split y Unbreakable, mientras que otros opinan que Glass es simplemente la repetición de algunos conceptos de las dos películas anteriores sin mayor atractivo.
Si bien tanto el público como la crítica concuerdan en que el elenco hace una interpretación maravillosa, parece que Glass se queda a medias tintas, sobre todo teniendo en cuenta las expectativas que habían puestas sobre el film.
De todas maneras, está claro que no debemos dejarnos llevar por las opiniones ajenas y lo más sensato es ver la película para generar una opinión propia. Como mencionaba al comienzo, muchas veces las expectativas que generamos en torno a algo nos juegan en contra.
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